Nací en Carabanchel, a una edad demasiado temprana para saber lo que eso significaba. No conocía a Manolito Gafotas, ni al satánico de El día de la Bestia. Ni siquiera conocía a todos mis hermanos, porque aún no habían nacido. Fue una buena época. Después vino el lío. Me costó adaptarme al colegio, donde me llamaron “Quique el nuevo” hasta octavo. Allí me enseñaron a leer, escribir y dibujar, pero sobre todo le cogí gusto al teatro. Cada día e...
Leer más