Lo sacrificó todo para salvar a los que más la necesitaban
Descubre una de las historias de valor y sacrificio más inspiradoras y poco conocidas de la Segunda Guerra Mundial.
Corrie ten Boom, una relojera holandesa, transformó desinteresadamente su hogar en un escondite para albergar a judíos durante las feroces redadas de la Gestapo. Aunque los nazis sospechaban lo que Corrie y su familia hacían, nunca pudieron encontrar a quienes se ocultaban en la casa. Como consecuencia de su postura frente a los nazis, perdió a buena parte de su familia, pero eso no impidió que Corrie enfrentara con determinación los obstáculos más terribles de la guerra, manteniéndose fiel a sus creencias y siendo un ejemplo de amor en medio de la adversidad. La hija del relojero revela los momentos cruciales que moldearon la vida de Corrie y la llevaron a convertirse en un símbolo de esperanza y perdón.
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«A Corrie le retumbaba el corazón. Además de incriminarla por numerosos crímenes capitales, cada nombre en aquella lista estaba en peligro. Si la Gestapo los encontraba, los trabajadores secretos serían arrestados y enviados a campos de concentración o fusilados. Los judíos que aparecían en los papeles serían detenidos para luego enviarlos a un campo de exterminio. Pero ¿qué podía decirle al teniente? ¿Que esas no eran sus notas? No, este era el final. Para ella, para todos».