En estos momentos, medio mundo está experimentando un auge de las políticas antiliberales. La libertad se enfrenta a innumerables contiendas. El socialismo, el estatismo, el conservadurismo, el nacionalismo, el fascismo, la izquierda, la derecha y muchas otras ideologías políticas, con sus frecuentes pretensiones colectivistas, intentan aniquilar cualquier vestigio de individualidad.
Este viejo y, al mismo tiempo, renovado populismo, sea de la orientación que sea, siempre se muestra hostil al liberalismo y a los principios liberales basados en las libertades civiles, el libre mercado, la división de poderes y la pluralidad de voces. Quiere, en esencia, acabar con tu libertad.
Pero la historia demuestra, como argumentan de manera brillante y original los autores de este libro, algunos de los liberales más destacados de nuestro tiempo, que el camino hacia un país libre y exitoso se logra con esfuerzo, trabajo, responsabilidad y plena libertad. No se consigue con un Gobierno más grande, cuyo objetivo es decidir sobre nuestros proyectos personales e imponer el éxito por ley mientras destruye las escaleras para alcanzarlo.
La libertad, además de permitirnos que tomemos decisiones por nosotros mismos, genera paz, prosperidad y crea riqueza donde antes no existía, y eso se logra con cooperación, innovación, iniciativa privada y respeto por los órdenes espontáneos, no a través del persistente control gubernamental.
Si queremos progresar no podemos seguir fiando nuestro destino a políticos y burócratas que ignoran nuestras preferencias y, con frecuencia, son contrarios a ellas.