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Miguel Wiñazki
 ©Alejandra López
©Alejandra López

Miguel Wiñazki

MIGUEL WIÑAZKI es escritor y periodista. Es licenciado y profesor en Filosofía por la Universidad de Morón. Miembro de número de la Academia Nacional de Periodismo y presidente del Consejo Asesor de la maestría en Periodismo del Grupo Clarín y la Universidad de San Andrés. Fue fellow en Periodismo por la Knight-Wallace Foundation de la Universidad de Michigan y miembro del Global Editor Network. Fue además docente de filosofía en la Universidad de Buenos Aires, la Universidad Nacional de San Luis, la Universidad Nacional de La Plata, la Universidad de Morón y la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, entre otras. Es columnista del diario Clarín, participa del programa Volviendo a casa de Radio Mitre y conduce Posnormalidad en el canal de streaming Neura. Publicó, entre otros, los libros Periodismo: ficción y realidad, Travesías argentinas, La noticia deseada, Crítica de la razón populista, La posmoralidad y La Dueña, en coautoría con su hijo Nicolás.

Estoicismo de altura

Miguel Wiñazki

Dominá tu percepción, transformá tu realidad.

Sinopsis de Estoicismo de altura

¿Por qué nos aferramos a las enseñanzas de los estoicos? Acaso porque creían que había una estructura racional detrás del gran teatro del universo, asociada a la idea de que no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí lo que pensamos sobre esos eventos. Los diccionarios suelen completar el cuadro con un rasgo fundamental: soportar el sufrimiento sin quejas. Estoicamente.
Pero una cosa es el estoicismo, y otra, parecida y diferente a la vez, es este “estoicismo de altura” con el que Miguel Wiñazki nos invita a recorrer los rasgos más virtuosos de la humanidad, pero también el padecimiento que genera la oscuridad de algunas personas.
Dice el autor, en este río de reflexiones: “Proponen los estoicos discernir entre lo que está bajo nuestro control y lo que no. Pero todo está bajo nuestro control: controlamos el modo en que percibimos lo que sucede. Observamos la vida con resentimiento, con envidia, con agresividad o con el ojo estoico de comprender que vivir no es necesario, y que ponderar la vida sí lo es”.  

¿Por qué nos aferramos a las enseñanzas de los estoicos? Acaso porque creían que había una estructura racional detrás del gran teatro del universo, asociada a la idea de que no podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor, pero sí lo que pensamos sobre esos eventos. Los diccionarios suelen completar el cuadro con un rasgo fundamental: soportar el sufrimiento sin quejas. Estoicamente.
Pero una cosa es el estoicismo, y otra, parecida y diferente a la vez, es este “estoicismo de altura” con el que Miguel Wiñazki nos invita a recorrer los rasgos más virtuosos de la humanidad, pero también el padecimiento que genera la oscuridad de algunas personas.
Dice el autor, en este río de reflexiones: “Proponen los estoicos discernir entre lo que está bajo nuestro control y lo que no. Pero todo está bajo nuestro control: controlamos el modo en que percibimos lo que sucede. Observamos la vida con resentimiento, con envidia, con agresividad o con el ojo estoico de comprender que vivir no es necesario, y que ponderar la vida sí lo es”.  

Bibliografía de Miguel Wiñazki

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