Estudió de medicina y psiquiatría y se especializó en estudios sobre la muerte y los cuidados paliativos. La necesidad de abordar científicamente qué experimentaban los moribundos surgió, según su propio testimonio, en su juventud, cuando tomó la decisión de participar como voluntaria, junto a equipos norteamericanos, en la recuperación del campo de concentración de Meidaneck, Polonia. Este aprendizaje la llevó a investigar la experiencia final de la vida y a trabajar, durante más de veinticinco años, en las secciones de enfermos terminales de diversos hospitales de Estados Unidos. Su infatigable labor ha sido reconocida y aclamada en todo el mundo, no sólo con veintitrés doctorados honoríficos, sino también con el beneplácito de millones de lectores. Kübler-Ross fue nombrada una de las mentes más brillantes del siglo XX por la revista Time y muchos la consideran una de las mujeres más heroicas e influyentes de todos los tiempos. Es autora de una veintena de libros que han sido traducidos a veintisiete idiomas.